Este proyecto nace el 2010 como un encargo de ampliación de segundo piso, el cual desarrollamos en conjunto con sus propietarios. Fue el primer proyecto que desarrollé de manera personal como arquitecto. Tres años más tarde, la familia creció y un nuevo encargo haría que Casa Ginkgo tomara su forma definitiva. Esta casa nace de largas y encantadoras sesiones de conversación y diálogo con sus propietarios, que dieron forma a cada rincón, una arquitectura cuidada y un mágico carácter que acoge hoy a la familia y sus amigos.
Casa Ginkgo tiene la nobleza de haber reciclado sus tijerales originales y recuperado maderas nativas, para desarrollar pavimentos, ventanas y mobiliario.
Sus grandes alturas de piso a cielo hacen perder la sensación de techo e interiorismo. Asimismo, funcionan como ‘piscinas de calor’ en invierno, permitiendo que grandes superficies transmitan su temperatura por radiación. En verano, techos ventilados y lucarnas, estratégicamente ubicadas, facilitan su ventilación.
La angulosa fachada principal me recuerda a la cordillera, que invita a través de su elegante plaza pétrea, el acceso.
Detalles como que todas las puertas y ventanas abren en el sentido del sol hacen que Casa Ginkgo nos conecte con nuestras raíces, a través de sus colores, aromas, materiales y formas.
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