Una casa abalconada sobre el valle de Santiago en sus pisos superiores y con singulares rincones en sus pisos inferiores.
Una casa ochentera en los faldeos cordilleranos de Santiago que será transformada en el nuevo hogar de una familia recién llegada desde el extranjero. Ellos sintieron la necesidad de recuperar un lugar de barrio, donde sus hijos puedan ir caminando a ver una película, salir a comer y utilizar el trasporte público.
La solida obra gruesa existente nos permite jugar con grandes aperturas y ricos espacios intermedios. La casa respirará en verano a través de una bodega de hormigón semi-enterrada bajo la caja de escaleras, esto nos proporcionará un sistema de ventilación natural muy fresco para la temporada de verano. Asimismo, los techos planos son ventilados, esto quiere decir que una capa exterior capturará toda la radiación sin puentes térmicos que la asfixien. Aislación exterior, uso de maderas nativas y otras estrategias han sido utilizadas para que esta casa tenga un extraordinario performance.
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